Columnista
“Hay recuerdos de nuestra infancia que son como un oasis de amor a los que acudimos de vez en cuando, que nos marcan y permanecen almacenados en el alma para toda la vida”
Así es como recuerdo el amor de mi madre: Más allá de cualquier otra manifestación de amor, (que siempre la hubo) recuerdo el tiempo que dedicaba para leernos un cuento o relatarnos una historia fantástica antes de irnos a dormir.
Debido al vertiginoso fluir de la vida en la actualidad a veces pareciera que ya no tenemos nada de tiempo para compartir en familia, para crear y recrear en el alma de los niños ese mundo especial, lleno de ternura, alegría y sueños compartidos con amor y esperanza.
Un niño que no es amado se mostrará inseguro, apático y hasta insensible en su etapa adulta, inclusive algunos de estos individuos se someten a relaciones…
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